Visitas al Blogg

jueves, 4 de agosto de 2011

EL RINCON PERFECTO

Miré a mi alrededor.

No quedaba nadie.

Nunca hubo nada

que llamara mi atención,

y supe

que era el rincón perfecto

para pensarte.

Y eso hice.

El rumor de las olas

siempre tan breves

tan fugaces

trajo a mis tímpanos

la cadencia de tu voz.

Allá quedé,

echado el candado

a mis párpados,

salado en mi piel,

ansioso en mi boca

del alimento de tus labios...

allá quedó,

suspendida mi alma

en algún punto abstracto

del Atlántico

pensando que tal vez,

sólo tal vez,

en ese instante perdido

del hilo de nuestro tiempo

me estabas amando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario