El mar y la montaña se dan la mano
Y arropan al viajero
Que junto a su amada
Solo con la mirada
Le lanza un te quiero.
Como cuando se unen nuestras manos
Y entre ellas hablan
Y solo el corazón
Entiende esas palabras
Ese latido rápido
Esa sangre fluyente
Ese temblar de las manos
Esa mirada candente
El mar nos dio de comer
Y nos protegió de esperanza
La montaña nos dio de beber
Y un camino que recorrer
Con serenidad y templanza
Qué bonito recordar
Qué bonito es el querer
Qué bonito es el amar
Y qué triste envejecer
Cuando hubo oportunidad
Pero se escribió hace 33.
¡Qué bello poema Moisés!. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarAbrazos. Rosa.